jueves, 12 de diciembre de 2013

LOS PATOS

 
 
LOS PATOS "DONOSTI YA HUELE" (1982)
Los Patos (Alberto – Txenan – Kikillo - Micro) 
 
Incursión en la New Wave Donostiarra de los 80. Casi nadie conoce a Los Patos y en el futuro será parecido, pero su disco es una auténtica joya de principios de los 80's inédita, hasta la fecha y sin periodo de caducidad. Estas escuchando a una banda que hoy serian la ostia entre modernos, lo más IN, lo más COOL, Franz Ferdinand son una mierda comparada con Los Patos, dirían más de uno. Para mi solo se les puede comparar si quieres hacerles justicia con The Jam, The Clash, Talkin Heads, Tom Tom Club, Rezillos, Buzzcocks, Undertones… En Euskal Herria solo tienen unos herederos, Delorean, y estos no saben ni que existieron, pero las cosas hace más de 20 años eran así, ser moderno y hacer música moderna en Donostia era UNDERGROUND.
 
"Después de un enorme esfuerzo de regresión a aquellos primeros años 80, me he dado cuenta que las sustancias de la época han pasado su factura (no recuerdo casi nada). Espero que este "casi nada" me dé para rellenar esta página. Apenas si recuerdo que compartíamos un local de ensayo, algún escenario y muchos bares. Conocí a Los Patos a raíz de coincidir en algunos conciertos (uno en el Instituto de Peñaflorida, otro en la calle, junto a los juzgados de San Martín, y alguno más, supongo). Las noches del fín de semana, las pasábamos en la zona de la calle San Bartolomé en bares como el Bowie (El Bowie ya huele), el Porche, el Moro. También recuerdo, que mientras servidor cumplía con los deberes patrios, Alberto, su bajista fue mí sustituto en Los Elásticos durante un largo año (al menos para mí). Al tiempo, acabamos compartiendo el local de ensayo de Los Patos en un caserío en el barrio del Antiguo, entre huertas y maizales, en los alrededores de lo que hoy es la zona universitaria.

Hasta que un día, cuando Alberto nos dice que tenemos que dejar el local porque se va a estudiar fuera, no se nos ocurre mejor idea que destrozarle el local (desde aquí pedirle disculpas). De todas formas, creo que en su momento hubo un acto de reconciliación, pero yo no estuve presente. Quiero acabar este pequeño recorrido de mi relación con Los Patos, contando una historia que nos ocurrió en Gazteiz (íbamos Los Elásticos con Alberto y Txenan de Los Patos). Fuimos a ver un concierto de Los Elegantes, que finalmente no tocaron. Después de llegar y recorrer algunos bares de la parte vieja de la ciudad, nos unimos con toda la peña Mod de Gazteiz y Mods venidos de Donosti, eran como un centenar de parkas verdes. En plena exaltación de la película Quadrophenia y al grito de "Somos los Mods, somos los Mods", empezaron a salir Heavys por todas las esquinas y se monto una gran batalla campal. Recuerdo perfectamente a Alberto bajando una cuesta y atizando a un heavy.

Un componente de Los Elásticos (que siempre ha optado por el diálogo), me contó al cabo del tiempo, que intentado mediar en un dos contra uno, acabo tomando potes con unos heavys. Yo, sin embargo, haciendo gala de mi cobardía, salí de allí gracias a mis dotes como sprinter. En cuanto a la música comentar el boom de las maketas, que hicieron su explosión en aquella época, y que se convirtió en moneda de cambio para todos los grupos. Todo el mundo quería grabar una cinta para sonar en bares y emisoras (principalmente en Radio Popular, con Gregorio Galvez a la cabeza). Unos grababan en estudio, otros en el local de ensayo, o en el de grupos mas veteranos que contaban con su propia mesa de sonido. Para algunas bandas era la antesala del disco. Los patos no llegaron a grabar ningún disco, excepto una canción para un recopilatorio de varios grupos (Gipuzkoa Star 82), pero oyendo estas grabaciones que suenan realmente bien, te das cuenta que merecieron mejor suerte."
 
"Cambio de Aires"  (extraida del LP "Gipuzkoa Star 82") 
 
ALGUNAS REFLEXIONES
Los 80 fueron tiempos de seres, generalmente, humanos, que nos inyectábamos fines de semana, con un miedo atroz a los lunes. No soportábamos el silencio. Sin ruido te sentías desnudo y medio huérfano, y sin darte cuenta empezabas a tamborilear con los dedos y a golpear el suelo con la planta de los pies. Era el síndrome de abstinencia discotequero, no solo contaba el del pico, había demasiados monos en esta jaula de esquizofrénicos. Había otra característica, la sordera. La música era consustancial al "toda pastilla", para drogarte con discos, o te comías media docena o subías el volumen hasta que los timbales te tocaban los cojones y se te electrificaba el cuerpo. Por eso no era extraño que cuando le preguntabas la hora a alguien te respondiera: "Esta noche no ha venido". Para acabar decir que la juventud es una entelequia, un guapo flash, pero con la perspectiva que da el tiempo te das cuenta que la juventud no se vive, se gasta.

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